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Uno de los más grandes muralistas dio una charla en el Fresno

Miércoles 30 de Diciembre de 2015

 

Alejandro González podría estar escribiendo libros con su historia o tener un programa en la televisión, pero él sigue haciendo lo que le gusta: diseñar murales y dibujarlos en las paredes del mundo. Hace poco hizo uno en Milán, Italia. Hay algo que sin embargo le gusta más: compartir, enseñar y transmitir lo que sabe. Tomás Román sabía quién era el "Mono González", por la tesis de grado que hizo en la UC. Por eso un día lo fue a buscar al Persa Bío Bío y invitó al colegio donde hace clases de Historia, el colegio Cardenal Juan Francisco Fresno, en Puente Alto. González dijo que bueno.

El "Mono" es uno de los artistas chilenos más reconocidos en la historia. Es muralista, estuvo desde los inicios en la Brigada Ramona Parra, colaboró en el mural "El primer gol del pueblo chileno", en La Granja, con el pintor Roberto Matta, y si uno entra en la estación Parque Bustamante del Metro, verá en plenitud su obra "Vida y trabajo". González está en todas partes. En salas de espera, bajo tierra, en Buenos Aires, en Coyhaique. Lo llaman para que enseñe su técnica, para que cuente sus historias, y eso fue lo que hizo hace unas semanas en el colegio Fresno, de Belén Educa.

Nataly Gamonal, encargada del área de Artes Visuales del Fresno, fue una de sus presentadoras. El otro fue ROmán, que dio el contexto histórico del dibujo en las paredes. María Fernanda Arenas, encargada de Historia, también estaba entre los organizadores (Departamentos de Historia y de Arte). Y estaba Eloísa Espinoza, la directora del colegio, que siguió toda la charla.

En una de las paredes de la sala donde Alejandro González expuso había pegados más de 20 bocetos de murales a todo color, en tamaño hoja de block. Los habían hecho estudiantes del colegio. González los observó uno por uno, antes de que llegaran los jóvenes, y detectó que varios seguían instintivamente sus líneas y las que caracterizan los mensajes callejeros de la Brigada Ramona Parra. Entonces explicó cómo va trazando un mural, desde la disposición de las líneas hasta el orden en que deben ir pintando, para que puedan participar desde el niño más pequeño hasta el adulto más anciano.

Partió la charla. "Me da vergüenza que me presenten, porque yo hago un trabajo social. Esto está en la calle, es para a persona en movimiento. Yo saco el taller a la calle, esa es la escuela. Este año pinté un mural en Italia. Integramos a toda la comunidad. Les dejamos los sobrantes de pintura. El muro estaba entre dos fuentes de agua, así que pintamos la historia del agua. Fue para un festival. Un viejito que se sentaba al frente todos los días a mirar, dijo que le cambió el paisaje", relató González luego de pasar un video en cámara rápida y en italiano que resumió el trabajo en Milán. Luego mostró cómo dibujó, nuevamente con toda una comunidad, un mural en la entrada de un colegio en Buenos Aires. "Las mujeres que están en esa foto son de la carrera de Muralismo de la Universidad de BUenos Aires. Es única en el mundo. Les estoy dando una clase al aire libre, por eso están ahí", explicó el muralista. 

Los alumnos lo oyeron con interés. "Estaban felices, después le preguntaban qué pensaba de los grafitis, de los rayados en las micros, de si vendría a hacer un mural", contó Nataly. "Respondió que no está de acuerdo con los rayados, que es un atentado contra la urbe, que creía en un lenguaje visual en el arte y que eso no correspondía, aunque está de acuerdo con el arte en las calles. Le preguntaron cuál es la razón de hacer figuras fragmentadas y él explicó que no es necesario que el arte sea literal. Sobre el mural en el colegio, se comprometió a volver y a realizar uno", agregó la profesora.

González dijo que en el futuro volvería, porque tiene que planificarse, a pesar de que trabaja sin boceto previo. Un dato: solamente este año ya ha pintado seis murales en distintos colegios a través de proyectos. De todas formas, quedó contento con el dominio que tenían los estudiantes y también con el interés que mostraron. Al salir, algunos niños fueron a observar cuál puede ser un buen muro para intervenir.





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