Directivos, docentes y equipos de formación de más de 90 redes educativas de Santiago y regiones participaron en el seminario “La espiritualidad en el contexto escolar: desafíos y oportunidades”, organizado por Fundación Belén Educa y la Delegación para la Educación y la Cultura del Arzobispado de Santiago.
La jornada, realizada en el aula magna de la sede Bellavista de Universidad San Sebastián (USS), reunió a expertos que expusieron diagnósticos, reflexiones teológicas y prácticas pedagógicas para transmitir la fe en un contexto marcado por la diversidad cultural, el dolor y la hiperconectividad.
Una de las preguntas que resonó en la audiencia la formuló Ignacio Hüe, director de la Unidad de Desarrollo Integral de la USS. “¿Estamos o no en una emergencia educativa respecto de la fe?”. La pregunta, que actualizó la exhortación que hicieron los obispos latinoamericanos en Aparecida (2007), marcó el tono del encuentro.
“Si estamos ante una emergencia, ésta exige respuestas pedagógicas rápidas y eficaces”, agregó el académico. Citando a Benedicto XVI, recordó que el cristianismo “no comienza por una idea ni por una norma, sino por un encuentro” y, desde ahí, propuso claves operativas para el mundo escolar: autoridad pedagógica asentada en experticia, consistencia de vida y vínculo; sacramentos con sentido (no rituales vacíos); y una alianza entre fe y razón que dé espesor intelectual a la experiencia religiosa.
El enfoque, insistió, no es “acompañar desde arriba”, sino “acompañar desde el lado”: conocer a los estudiantes por su nombre, sostenerlos, corregir con caridad y cultivar presencia adulta significativa.
EL SUFRIMIENTO COMO UMBRAL FORMATIVO
Por su parte, la Hermana Teresa, directora del Magíster de Bioética de la Universidad Católica y consagrada del Instituto Secular de Schöenstatt, comenzó su intervención con una descripción histórica del terremoto de Lisboa de 1755, episodio que remeció la confianza intelectual y abrió un debate filosófico acerca de la experiencia del mal.
Trasladó esa pregunta a la escuela: ¿cómo hablar del dolor con niños y jóvenes sin negarlo ni banalizarlo?
Propuso acompañar los procesos de duelo con una adaptación espiritual de las cuatro tareas de William Worden (aceptar la pérdida; trabajar el dolor sostenidos por la “presencia que sana”; reconfigurar la identidad; recolocar simbólicamente al fallecido y seguir viviendo). La clave, subrayó, es estar: “no hay soluciones instantáneas; hay un misterio que se contempla y una persona a la que se acompaña”.
PRIMER PANEL DE CONVERSACIÓN: AULA, COMUNIDAD Y ESFERA PÚBLICA
Ambos expertos dialogaron con Rodolfo Núñez, docente de la Facultad de Educación, Familia y Psicología, de la Universidad Finis Terrae.
Los expositores delinearon tres niveles de acción:
Lo cotidiano (en el aula y el patio): animaron a validar la dimensión espiritual y atreverse a nombrar a Dios, con preguntas que interpelan y tiempos reales de silencio.
La comunidad (barrio y familias): con escuelas con identidad clara y aporte público reconocible.
La comunicación pública: decir con lenguaje propositivo en qué se cree y qué se hace.
Las preguntas del público asistente llevaron el debate a terrenos sensibles: la inclusión de estudiantes con identidades diversas (“el amor de Dios no excluye a nadie”, respondió Rodolfo Núñez); teléfonos celulares y recogimiento (espacios sin dispositivos durante clases y, a la vez, alfabetización pastoral en formatos como TikTok); y docentes sin experiencia de fe (es clave comenzar por acompañar a los adultos y ofrecerles caminos de sentido).
CUATRO EXPERIENCIAS EN MARCHA
El segundo panel del seminario convocó a representantes de algunas de las redes educacionales más importantes del país quienes dieron a conocer sus prácticas y algunas de las conclusiones de sus trabajos.
Macarena Rubio, directora de Pastoral y Formación de la Red Educacional Ignaciana (16 colegios entre Antofagasta y Puerto Montt) destacó la práctica de los ejercicios espirituales para III y IV Medio, que se motiva desde la educación básica con actividades de interioridad, imaginación y contemplación, amistad con Jesús, perseverancia y silencio.
Dio el ejemplo de algunos estudiantes que describen las experiencias espirituales recibidas con palabras como “paz”, “renovar la fe” y “descanso del corazón”. Su propuesta puso el acento en igualar oportunidades de vida interior con acompañamiento gradual y docentes formados.
Por su parte, Ronald Bown, subdirector y secretario general del Consejo de Dirección del Colegio Tabancura (Red SEDUC), dio a conocer el encuentro “Fe Joven” realizado por ese establecimiento.
Durante su alocución expresó reiteradamente la convicción de que Religión “es la asignatura más importante”. También relató a la audiencia las instancias de conversaciones entre padres e hijos que realiza su colegio. Estas actividades incluyen preguntas profundas: miedos, fracasos, memoria familiar. “Están pensadas para 40 minutos, pero siempre se extienden espontáneamente”, aseguró.
También participó Manuel Catalán, director de la Red de Escuelas Salesianas de Chile. Destacó cómo el sistema preventivo de Don Bosco —que incluye razón, religión y amorevolezza (que los jóvenes se sepan y sientan amados)— se combina hoy con “nuevos patios digitales”: pastoral gamer, presencia en entornos virtuales e integración con la inteligencia artificial.
También se refirió a los “Buenos Días” diarios en los colegios que incluyen contenido formativo, protagonismo juvenil y fe mariana. Además se refirió al servicio organizado de la congregación salesiana: misiones, colonias y la labor de la Fundación Don Bosco.
Finalmente, Marcela Velásquez, subdirectora de Formación y Convivencia del Colegio Arzobispo Manuel Vicuña de Fundación Belén Educa, dio a conocer la experiencia de oración que todas las mañanas se realiza en las comunidades educativas de la red.
Aseguró que esta oración de la mañana se ha consolidado como un motor cultural en los colegios. Agregó que desde 2021, la fundación evalúa esta actividad con encuestas (desde 3° básico a 3° medio) y grupos focales.
Señaló que los propios estudiantes pidieron para esta instancia: lenguaje simple, preguntas de vida diaria, música y videos breves.
“Tres años después de la evaluación, los resultados muestran mayor bienestar emocional, pertenencia y disposición al servicio, además de una sólida valoración del rol del profesor jefe”, destacó.
"NUESTROS ESTUDIANTES DEBEN DESCUBRIR QUE SON AMADOS”
En el seminario “La espiritualidad en el contexto escolar: desafíos y oportunidades” también participó Pedro Larraín, director ejecutivo de Fundación Belén Educa.
“Al celebrar los 25 años de Belén Educa quisimos regalar este seminario a la Iglesia y a nuestra sociedad, porque creemos que hablar de espiritualidad en la escuela es esencial. Hace unos días, conversando con un estudiante que leía a (Yuval Noah) Harari, llegamos juntos a reconocer que detrás del azar hay un Dios que no solo existe, sino que es Padre y nos ama. Ese encuentro me recordó que nuestros jóvenes no necesitan teorías abstractas, sino descubrir que son hijos amados de Dios”, destacó.
“Ahí ocurre la verdadera transformación”, agregó. “Como en el Evangelio cuando Jesús va al encuentro de los discípulos en su propia realidad. Por eso, en Belén Educa insistimos en que la espiritualidad no puede quedarse dormida: debemos activarla en nuestros estudiantes, porque sin ella corremos el riesgo de formar vidas a medias”, enfatizó.
Por su parte, Fernando García, director de Formación y Convivencia de Belén Educa –cuyo equipo organizó el seminario– valoró la alta concurrencia al encuentro. Además, destacó la presencia de representantes de las principales redes educacionales de Chile que se dieron cita para reflexionar sobre la espiritualidad en los contextos escolares.