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El desafío de cumplir la misión en un escenario de creciente vulnerabilidad

Viernes 03 de Abril de 2020

 

La misión de Belén se hace “carne” cuando una contingencia como la que estamos viviendo golpea duramente a la comunidad de nuestros colegios. Maricel Torres, directora del colegio Arzobispo Manuel Vicuña de La Legua, dice que es en ocasiones como estas, cuando se cae “el pizarrón, el lápiz y el data” porque la brecha de nuestros estudiantes no sólo es tecnológica, también es social. En tiempos de pandemia, la desigualdad se agudiza, ante lo cual escuchar y contener a las familias se vuelve un objetivo ineludible.

-¿Cuál ha sido la principal brecha que han tenido como colegio?

-Una de las principales brechas que hemos tenido como colegio es la brecha digital. Nuestros profesores no tenían las competencias para trabajar de esta manera virtual. Un poco estábamos trabajando con III y IV medio la metodología basada en retos, donde lo digital es un gran aliado porque está contextualizado a los jóvenes. 

Por otro lado, el precario acceso de nuestros niños a las plataformas digitales. Ser vulnerable hoy día es no tener acceso a ninguna de las posibilidades. “Aprendiendo en línea” es teniendo internet, los niños que no tienen internet no tienen posibilidades. ¿Cómo resuelves esto? Estamos buscando herramientas para poder hacerlo y ha sido una complejidad. No éramos de un mundo digital y estamos hoy día en un mundo digital. Los niños no estaban preparados para ese mundo digital y menos nuestros apoderados, que tienen la angustia de tener a los jóvenes en las casas, sin posibilidad de acceso, sin poder salir y en espacios pequeños. Entonces realmente ha sido una gran dificultad que va a abrirnos muchas conversaciones. Hoy ser vulnerables es efectivamente no tener acceso a nada. Ni a redes, ni a acompañamiento. Me doy cuenta de que mis conocimientos también son precarios, que no tengo competencias para poder resolver. 

-¿Cómo se cumple con la misión de Belén Educa en este contexto?

-Estamos viviendo una contingencia muy difícil, pero uno de los ejes principales para nosotros es seguir cumpliendo con la misión de Belén Educa. ¿Cómo? Estando ahí, marcando presencia, intentando contener, facilitar por todos los medios posibles, vía plataformas, vía material escrito, conversaciones, videos donde les damos contención, con tutoriales para que los padres puedan entrar a las plataformas.

Trabajar con nuestro personal, que está también tremendamente agotado. Esta energía que hoy es fuerte, queremos poder cuidarla y manejarla para que nos dure para dar harto aliento, porque esto no va a ser un mes, quizás sean dos o tres meses de estar conectándonos por vía virtual donde necesitaremos seguir encantando a nuestros jóvenes, tranquilizando a los padres. Muchos han quedado sin trabajo y tienen problemas para comer, una cosa tan elemental como comer. Si un papá no logra comer, cómo podemos pedirle que esté pensando en educar o en ayudar en el aprendizaje de su hijo. Si un papá está con conflictos dentro de su casa, cómo va a poder efectivamente tener un ambiente emocional para poder enfrentar esta pandemia y todo esto que estamos viviendo.

Yo creo que aquí la misión se hace más que nada carne, en cada detalle, en cada mensaje. En que uno va igual a los colegios, porque ahí te ven algunos papás, porque te ven llegar a la población, te ven cercana, te paran, puedes conversar con ellos, para que ellos sientan que no los hemos dejado solos. Que Belén Educa, que el colegio está ahí con ellos, teniendo turnos éticos, entregando el material que nos están pidiendo, si quieren fotocopias, si necesitan de nuevo el material, todas las facilidades posibles. Estar cercanos, que no sientan que nos fuimos del colegio y ellos quedaron solos ahí en La Legua, sino que estamos ahí también nosotros, dando testimonio de que estamos con ellos y que nuestra misión con los alumnos es acompañarlos en todas las circunstancias.

-En este contexto de pandemia, ¿desde qué área se deben entregar las respuestas?

-El momento que estamos viviendo es un momento en el que tenemos que entregar respuestas y estas tienen que ser desde todas las áreas posibles. Partiendo desde la comunidad del colegio, desde la Fundación, Comunicaciones que para mi es clave hoy día, clave. Del área formativa, Convivencia Escolar, desde los niños PIE que tienen tantas dificultades de aprendizaje y que hoy día están aún más solos en su proceso. Desde todos los puntos de vista, desde todos lados debemos dar respuestas en este contexto.

Las respuestas con mayor grado de esperanza, que apunten que estamos todos en esto, que no están solos, que los queremos acompañar, que los estamos mirando, que no los hemos dejado de mirar. Pero yo creo que el gran espacio es la Fundación primero, desde sus diferentes áreas y nuestros colegios siendo muy coherentes con lo que está diciendo la Fundación. Aquí es súper importante ser coherentes en todos los colegios. En todos los colegios es importante tratar de tomar esto desde el mismo punto de vista porque eso a la comunidad Belén Educa le da tranquilidad.

-¿Cómo debe ser un profesor en el contexto que estamos viviendo?

-Un profesor en este momento tiene que ser un docente que apunta primero que nada a cómo están sus alumnos, a lo emocional. Apuntar a cómo está viviendo él y su familia. En este caso son fundamentales los profesores jefes. Es importante que sepan cómo están viviendo las familias todo este proceso. Las necesidades que tienen, en qué les podemos colaborar y desde ahí decir “ok, te mando estas oportunidades de aprendizaje si las puedes desarrollar”. Yo pienso todos los días en La Legua, caracterizada por casas pequeñas, donde no tienen espacio los niños, donde no tienen un patio. El patio siempre ha sido la calle. Donde no tienen espacios personales, son espacios compartidos, donde la pobreza está pegando más que nunca hoy día, donde están sin empleo. Entonces tiene que ser un profesor que, evidentemente, apunte a lo emocional. De alguna forma contener y dar tranquilidad.

Cómo le damos tranquilidad a los niños de IV medio, que ven que están ad portas de entrar a sus estudios superiores y dicen ¿cómo voy a terminar el año?, ¿voy a poder terminar el año o este año lo voy a perder?, ¿cómo me preparo para una PSU que también está en un conflicto?. Debemos darle tranquilidad de que esto va a pasar, de que no están solos, que estamos pensando en ellos, trabajando para ellos. Estamos dándoles todas las facilidades que podemos, enviando material que les permita desarrollar habilidades que les puedan servir el resto de su vida. A los papás decirles que estamos con ellos, que si necesitan ayuda nos lo digan para ver qué se puede hacer.

También es necesario la capacidad de escuchar. De escuchar a los papás y las mamás, porque de repente ellos o los niños necesitan que los escuchen, ni siquiera quieren respuestas, quieren que los escuchen, sentir que hay otro que está con ellos y los acompaña en esto.

-¿Qué aspectos académicos son determinantes en este momento?

-En el momento que estamos viviendo es muy necesario que desde el área académica se realice una mirada de los objetivos. Determinar cuáles son los objetivos fundamentales que un niño aprenda en cada uno de los años.  Tener claro qué es lo indispensable que un niño de cuarto básico sepa. Y el resto, hay que pensar que hoy día no es el momento de tomarlos, ahora es el momento de buscar los objetivos fundamentales y ver cómo los abordamos y en qué momento los abordamos. Ver cuál es el espacio y las herramientas que tenemos.

Vamos a tener un 2020 complejo académicamente y un 2021 también, porque todo lo que hoy día no podamos hacer, lo vamos a tener que hacer el próximo año. De alguna forma vamos a tener que mirar nuestro curriculum y mirar qué es esencial que el niño aprenda. Pienso en los niños de primero básico, con las mamás angustiadas que sus hijos no están aprendiendo a leer. 

No hay claridad de cómo se va a hacer, quizás el proceso lector debe quedar para segundo básico y tenemos que tomarlo así, con esa tranquilidad, que los niños que no alcancen en primero lo tendrán que alcanzar en segundo. Es tener una nueva mirada para mirar este nuevo contexto, nuestro mirar académico. 

Yo creo que con todo esto se abre una gran oportunidad académica. Es una rica conversación de mirar nuestro quehacer y lo que será en los próximos años.

-¿Cómo se cautelan los aprendizajes en momentos como los que estamos viviendo?

-En este periodo es necesario apuntar a habilidades básicas que son transversales. Ver en qué podemos incorporar nuevos aprendizajes, qué asignaturas están con el andamiaje suficiente para pensar en nuevos aprendizajes. Esa es la gran pregunta.

En los colegios no estamos llegando al 100% de nuestros alumnos y ahí hay que ver que si no llegamos al 100% qué hacemos para incorporar nuevos aprendizajes. Hay que pensar en los niños que pueden quedar atrás y en si tenemos que hacer una nivelación al regreso. Por eso hay que pensar qué aprendizajes nuevos puedo incorporar y qué aprendizajes los niños ya habían adquirido o pensaba yo que habían adquirido. Hay que pensar que el año pasado terminamos el año de una forma diferente y ya ahí tuvimos que hacer una poda pedagógica. Luego este año logramos tener dos semanas y media de tranquilidad, porque entre estallido social y esta pandemia, poco se avanzó, entonces los niños llevan mucho rato, mucho tiempo en que no ha habido un proceso sistemático académico. Ahí las realidades de los 12 colegios son completamente diferentes. Cada cuerpo docente va a tener que pensar cómo avanzar desde su propia realidad. 

Primero hay que ver una línea general, los objetivos fundamentales y cómo cada colegio llega a eso en el tiempo que tiene.

-¿Qué es lo primero que puede caer en este contexto?

-Lo primero que va a caer es todo lo que nos habíamos planteado. Todos los objetivos que en un momento dijimos “esto vamos a hacer el 2020”. Yo creo que ya todos esos objetivos, planes, proyectos están hoy día en espera, de ver en qué momento los reorganizo y eso es lo que tenemos claro que va a caer. Ahora no puedo decir que caerá lo académico, porque de alguna forma tenemos que seguir estimulando esas mentes, estimulando el desarrollo de nuestros niños porque son niños que van a estar encerrados, quizás entrando solamente a las redes sociales, mirando Netflix u otras plataformas, viendo películas, viendo televisión. Son alumnos que no van a avanzar mucho. 

Yo creo que no se puede caer lo académico, ni menos lo emocional, ni la contención, ni el acompañamiento. Creo que lo que debemos bajar es lo que nosotros nos habíamos proyectado, nuestras propias aspiraciones, como docentes, como directoras. Decir “ok, tengo que remirar, cómo tengo que priorizar”. Tengo que pensar qué es lo que debo bajar, reconocer que no es el momento, no es el año para ese tema específico y determinar en qué realmente debo poner mis energías. 

Para mí lo fundamental es lo emocional y mantener el intelecto de nuestros niños activo.

-¿Cuáles han sido los principales aprendizajes que han tenido como comunidad educativa?

-Uno de los aprendizajes más importantes que yo he visto en mi comunidad es ¡que seamos una comunidad!. Ha sido un tremendo aprendizaje que todo lo que hemos trabajado de cultura en nuestro colegio, hoy lo vemos hecho vida. Todo el cuerpo docente, auxiliares, administrativos, dispuestos a ayudar desde donde puedan. Ha sido un tremendo regalo. 

Un aprendizaje que debemos trabajar intensamente es la brecha digital. Hay que avanzar con una rapidez impresionante. Estamos muy atrás. Nuestros niños están perdiendo una valiosa oportunidad de avanzar, incluso muchas veces de forma autónoma. Los estudiantes están en las redes sociales, Instagram, whatsapp, pero las otras herramientas que te permite la tecnología son completamente ajenas a ellos y es que nosotros los docentes tampoco hemos sido preparados para eso. Ahí debemos tener un aprendizaje fuerte. Cuántas herramientas podríamos incorporar para tener un aula mucho más participativa. Yo creo que ahora se nos cayó el plumón, la pizarra y el data. Se nos cayeron. Hoy día son otras las interacciones. Entonces yo creo que desde ese punto de vista ha sido un gran aprendizaje.

Otro aprendizaje con el que se debe continuar es seguir trabajando en el desarrollo de las emociones de nuestros alumnos y de nuestros profesores también. Manejar los ímpetus, las incertezas. Qué hacemos en estos momentos, qué es lo fundamental, qué quiero asegurar. Eso no preguntárselo sólo a la directora, sino preguntárselo a cada uno. Averiguar qué debo asegurar, cuál es mi rol en esto.

Este bicho nos golpeó a todos, nos cambió la vida, nos cambió los planes, nos cambió las prioridades, nos cambió hasta nuestra capacidad de movilizarnos. Una cosa tan pequeña tuvo mucho impacto en nuestras vidas, entonces darnos cuenta de que de repente creemos que tenemos tanto dominio de tantas cosas y al final tenemos dominio de nada. Y en esto vuelvo a la vulnerabilidad. Hoy día el vulnerable está completamente solo. Ser vulnerable hoy día es estar realmente como en una realidad paralela donde todo es incierto, donde no hay ninguna certeza de nada. Todo es una angustia, tengo que resolver el día a día. Muchas veces el colegio resolvía eso: la alimentación, los niños estaban aquí, los papás se podían movilizar, podía tratar de buscar trabajos esporádicos, que hoy día tampoco está.

Entonces es un tremendo aprendizaje como sociedad de cómo hemos planteado la vida. Cuánto hemos hecho por la gente que no tiene el acceso a todas las cosas que para uno pueden ser tan habituales.

- ¿Cómo se han organizado como comunidad educativa?

-Las primeras dos semanas dando un trabajo no tan exigente académicamente, sino que más bien saber a qué cantidad de alumnos podíamos llegar y conocer qué material podrían desarrollar de forma autónoma. Fue reflexionar académica y emocionalmente cómo podemos dar respuestas a los niños.

Luego las dos siguientes semanas entramos a la acción, con la plataforma classroom, activando uno por curso. Los jóvenes y los profesores se están retroalimentando desde ahí. 

A otros niños les estamos dando en papel el material, a otros se los estamos mandando vía correo electrónico a los padres para que de alguna forma les llegue. Entregamos todos los libros que teníamos, pero con indicaciones claras e indicaciones de cómo lo deben cuidar este tiempo en casa.

Hemos estado haciendo muchas cosas para organizar y estamos todavía en el proceso, todavía no estamos llegando al 100%, ni siquiera al 80% de nuestros alumnos. También hay que pensar que todo esto va a estar cambiando. Cada vez es mayor la inquietud. Si empieza a haber un caso de Covid-19 en algún alumno en el colegio, lo que va a generar eso en la comunidad va a repercutir inmediatamente en el proceso educativo. 

Nos estamos organizando, atentos, monitoreando todas las semanas, yendo al uno a uno, haciendo llamadas telefónicas desde Convivencia Escolar para tratar de ubicar a las familias que no se han contactado. Desde Formación estamos intentando ayudar económicamente con mercadería a las familias. 

-El colegio también ha sido el lugar para la entrega de los beneficios como la canasta Junaeb.

-El colegio está teniendo que hacer frente a todo el proceso tanto educativo como de alimentación, de cuidado que están dando al nivel de las redes de contención. El educativo obviamente que es nuestra tarea, con respecto a todo lo que es JUNAEB, ha sido complejo porque lo que se anunció en televisión no fue lo que llegó a los colegios. Llegó menos cantidad, bolsas incompletas, hubo que seleccionar familias. Nos hemos tenido que enfrentar a un ámbito de acción que no estábamos preparados ni en el que tenemos incidencia. Ha sido desgastante porque hay familias que necesitan y tenemos que decirles que no están en la nómina, pero como comunidad tenemos que hacer propias, tenemos que “belenizar” estas medidas. Esa es nuestra obligación. Hay que hacerlo con el mayor espíritu de aportar, no de quedarnos en la queja. Hay que hacer frente con energía, con cariño, entendiendo que es la misión que hoy día nos toca.

Somos parte de esta comunidad, somos parte de Belén Educa y Belén Educa tiene que contener porque esas políticas llegan a nuestros niños y a nuestras familias.Tenemos que ser el nexo aunque esto nos acarree problemas. ¿Si no somos nosotros quién va a ser ese nexo? Estamos llamados a la misión, estamos en esos lugares para acompañar a esas familias.

 





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