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Estudiantes del PIE son protagonistas en taller de música del Undurraga

Martes 01 de Diciembre de 2020

 

Cuando inició el taller de música online, Felipe estudiante con autismo del colegio Undurraga se negaba a cantar, decía “yo no”. Su terapeuta ocupacional y su profesora le animaban: “Vamos, tú puedes, sabemos que lo lograrás, lo estás haciendo muy bien”. Con el paso de los días al cantar “mi trencito sube al sol”, Felipe solo completaba la frase “sol”. Al final terminó cantándola súper bien y no solo eso. En sus otras clases remotas no era necesario pedirle que hablará más fuerte porque ya había aprendido, a través del canto, a sacar su voz.

 

Gabriel es el alumno más pequeño del taller, tiene cuatro años y es de Prekínder, al inicio de los talleres lloraba durante casi toda la conexión, pero un día descubrieron que la voz de su profesora Valentina lo tranquilizaba. Entonces Valentina le empezó a cantar en sus clases y así dejó de llorar y logró llevar el pulso, cantar y percutir.

 

Al finalizar el taller, Felipe, Gabriel y sus siete compañeros y compañeras tenían puestos su ternos, humitas y vestidos de fiesta, estaban listos para protagonizar su gala de cierre.

 

Cuando le ponemos “inclusivo” estamos discriminando y apartando desde ya.

 

Aunque empezó hace cinco años, el taller aún no tiene un nombre preciso, solo es “el taller de música” del colegio Undurraga que forma parte del Programa de Integración Escolar (PIE).

 

Jocelyn Oteiza, terapeuta ocupacional del colegio visualizó, en ese entonces, que los estudiantes que pertenecían al PIE, principalmente quienes tienen necesidades educativas permanentes y con un compromiso motor importante, tenían casi nula participación en las actividades del colegio. Fue entonces que presentó un proyecto a Gustavo Méndez, quien era encargado de las orquestas de la Fundación y actualmente es Jefe del Área de Música Fundacional.

 

“Surgió como un semillero para dar a herramientas musicales a estudiantes en alguna situación de discapacidad y que posteriormente si lo quisieran pudieran incorporarse a la orquesta del colegio”, explicó Jocelyn.

 

Durante estos años el taller ha acompañado a estudiantes destacados en sus talentos como la ex alumna Sofía Pincheira, quien nació sin brazos y dentro del taller desarrolló sus talentos en el piano y la guitarra, se incorporó a la orquesta del colegio y participó en diversas presentaciones, entre ellas en la Feria del Libro de Santiago.

 

Filipo Guzmán, Encargado del Área de música del colegio Undurraga destaca los logros que ha tenido este taller:

 

“Han pasado a lo menos cuatro profesores y profesoras de Música, en dos o hasta tres grupos de estudiantes de distintas edades, cerca de 80 estudiantes con dificultades de aprendizaje muy distintas entre ellas. Cada año el taller logra crecer y avanzar, sacando lo mejor de cada integrante. Hemos participado en encuentros de orquestas con otras escuelas de la Fundación y fuera de ella”, comentó.

 

Llegó la pandemia...

 

Durante el primer semestre de este 2020 y con la suspensión de clases presenciales, en el PIE del colegio dieron un taller online sobre aspectos motrices y cognitivos,  incorporaron estas actividades a las rutinas diarias de las familias y en horarios construidos de acuerdo con sus necesidades.

 

A la vuelta de vacaciones de verano y con los aprendizajes del primer semestre, se retomó el taller de música los días miércoles y jueves.

 

En el contexto virtual no era posible hacer las clases sincrónicas por la falta de claridad e inmediatez del sonido, así que implementaron dos tutorías individuales y una actividad grupal a la semana. El equipo del taller realizaba un video semanal que se subía al classroom los días viernes y los estudiantes tenían que mostrar sus avances a la semana siguiente.

 

 “Las tutorías duraban 15 minutos por niño, ahí tomábamos decisiones: cómo vamos, a él le podemos poner más desafíos, con él vamos bien. A veces nos topábamos con una crisis emocional de que no habían practicado y a nosotros nos tocaba contener y practicar en esos 15 minutos, desde enseñarle la canción en el momento, pero les dejábamos el compromiso de seguirla practicando”.

 

El equipo del taller está integrado por Jocelyn Oteiza como terapeuta ocupacional, Valentina de la Hoz Ahumada cómo profesora de música y dos practicantes de música: Franco Maturana y Sebastián Ávila.

 

A cada estudiante se le entregó un kit para el taller que consistió en un metalófono y un tamborín, así como un set de colores para pegarlos en su metalófono, ya que la metodología usada es música en colores.

 

La música es el medio

 

La música es una herramienta que enlaza el trabajo de la terapia ocupacional con los aprendizajes académicos y complementa lo que se trabaja con estudiantes en el Programa de Integración Escolar, porque no solo aprenden aspectos artísticos musicales, sino que son aprendizajes que trascienden a otros espacios y a otros contextos.

 

“También entendemos que no a todos les va a gustar tocar un instrumento o cantar, entonces finalmente también la música nosotros la ocupamos como un medio, un medio para mejorar la comunicación, ciertas habilidades de conducta, habilidades sociales, de respetar al otro, de funciones ejecutivas, de habilidades cognitivas, estamos trabajando la memoria, la atención, la concentración”, explicó Jocelyn.

 

Valentina es la profesora de música del taller, ella valora la sincronía que existe entre las distintas áreas para poder llevarlo a cabo: “Tuvimos que profundizar en conocimiento que no dominábamos como los diagnósticos de los niños, cuáles son sus capacidades. Yo como profesora les instruí en la metodología de música en colores que es la que yo domino”.

 

El taller y la cultura del colegio

 

Las actividades de música están dentro de la carga horario de los estudiantes, no es extraprogramático, para que no tengan que quedarse horas adicionales en el colegio.

 

El Área de Música designa a los profesores que destinarán dos horas semanales al taller. Debido a que hay estudiantes de distintos ciclos, la integración de estos también depende de ello.

 

El taller se planifica junto con los profesores, para esto se reúnen cada lunes. Representa cuatro horas formales a la semana (una de planificación y tres de ejecución).

 

En contexto presencial hay dos grupos de cinco o seis alumnos, divididos según las dificultades que presenten.

 

Comunicación y empatía con las familias

 

Jocelyn valora el compromiso que las familias han demostrado durante este tiempo para que los avances de sus hijos continúen.

 

“Nosotros cuando estamos en el colegio somos los terapeutas, los que trabajamos con ellos, los educadores, los profesores, pero en las casas han sido los papás los coterapeutas nuestros, porque finalmente son los que siguen nuestras instrucciones, han visto también nuestro trabajo desde otra mirada, desde la presencialidad. Creo que ha sido igual un proceso enriquecedor porque han entendido mucho más nuestro trabajo y se han hecho partícipes. Siempre nos estamos comunicando, tenemos grupos de whatsapp, tienen mi número, hablamos siempre, yo creo que eso ha sido importante para mantener el compromiso, mantener a los niños ahí motivados”, mencionó Jocelyn.

 

Sin embargo, cuando esa motivación cae, la clave ha sido la empatía: “Hemos entendido cuando los niños están cansados, cuando no han llegado con la canción practicada al 100%, los motivamos, les decimos que no importa, que a todos nos pasa lo mismo, que todos estamos cansados y que nos vamos a ayudar porque somos un equipo. Que los niños saben que tienen una responsabilidad y también saben que van a tener la compresión del otro lado”, explicó la terapeuta.

 

 “Nadie se quedó atrás”

 

Jocelyn y Valentina coinciden que la música ha sido el complemento para desarrollar habilidades en los estudiantes y que ha ayudado a consolidar ciertos objetivos con ellos mismos.

 

"Hay una estudiante con traqueotomía que tiene dificultades para hablar, pero ella baila, es importante ver cómo le interesa y es bueno que también se pueda expresar a través de la música", comparte Jocelyn.

 

Por su parte Valentina mencionó que “ellos tuvieron avances muy elevados con respecto a lo que nosotros teníamos pensado y nos fuimos sorprendiendo cada vez más de ellos”, destacó.

 

“Pusimos todo nuestros esfuerzos en que estos niños tienen todas las capacidades para poder aprender lo que nosotros nos propongamos así que me siento muy feliz también de haber logrado el objetivo, de haber demostrado a todo el mundo de que estos niños son capaces de hacer lo que nosotros nos propongamos, de que no hay barreras a pesar de que decíamos que este método podía funcionar pero no sabemos si a través de las redes, sin las conexiones iban a ser cercanas para los niños, si se iban a sentir cómodos con nosotros y afortunadamente logramos tener un lazo y una conexión tan bonita con los niños que a pesar de la tecnología que es un poco distante fuimos muy cercanos con ellos y funcionó muy bien".

Da click aquí para ver la gala del taller de música.





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