Una procesión desde la plaza San Alberto Hurtado, en la comuna de Puente Alto, congregó a los alumnos del colegio Cardenal Silva Henríquez quienes escoltaron la conocida camioneta verde del segundo Santo chileno. La peregrinación terminó con un acto en que se dio fin al Mes de la Solidaridad.

Utilizando la imagen del sacerdote jesuita como ejemplo de generosidad y entrega, el capellán del colegio, el padre Mauricio Labarca invitó a los presentes a que “la solidaridad no debe resumirse a un solo mes. Debemos ayudar al prójimo siempre en nuestras vidas y seguir el ejemplo de San Alberto de manera permanente”.

Luego de la ceremonia, María Alicia Cabezas dio su testimonio a todos los interesados. Ella, desde su propia vida y experiencia, relató cómo pasó de estar desahuciada a hablarles y contarles su vida esta mañana, luego de haber sobrevivido a tres hemorragias cerebrales y a una recuperación médicamente inexplicable. María Alicia invitó a todos los presentes a vivir una vida llena de amor: “Hay que ir a la fuente de todo, a Dios. Dios es amor, así que los invito a vivirlo al máximo: amen a los cercanos, a los conocidos, a los que no conocen. Como el padre Hurtado decía, si todos nos tratáramos como amigos, sin duda el mundo sería mejor”.

Para el colegio, la llegada de camioneta fue esperada y preparada con antelación. Por medio de dibujos, los niños del primer ciclo describieron la vida y obra de San Alberto Hurtado. “Estamos muy contentos con la visita de la camioneta y de María Alicia. Ellos son símbolo de que Cristo está con nosotros y se manifiesta de diferentes maneras”, concluyó Roberto Ríos, coordinador formativo pastoral del colegio, al finalizar la bendición del Mes de la Solidaridad. 

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