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"Tenemos que mirar hasta al último alumno al final de la sala"

Lunes 15 de Diciembre de 2014

 

(Entrevista de Sebastián Gallegos Sánchez, publicada en el Periódico Encuentro. Baja de acá el PDF)

Juan Enrique Guarachi es sostenedor de una red de 12 colegios particulares subvencionados que ha hecho suya la misión del Evangelio de optar por los más pobres. Sin fines de lucro, sin selección y con un copago promedio de $6.000 por alumno, el 60% de sus alumnos recibe la subvención preferencial debido a su vulnerabilidad, y el 13% tiene capacidades diferentes. Hoy, el 61% de sus egresados técnico-profesionales continúa estudios superiores.

Reconoce que Chile ha avanzado en los últimos 20 años, y eso se nota en la amplia cobertura y el aumento de la subvención, pero critica que tengamos un sistema segregado. “Cuando hablamos de calidad no estamos hablando como corresponde, porque no todos los niños tienen las mismas oportunidades”.

¿Qué significa la calidad?

Para mí son las condiciones para que un niño se pare bien ante la sociedad. Eso significa no solamente saber matemáticas o lenguaje, sino formar buenas personas. Significa que nuestros niños cuenten con maestros que realmente se hagan responsables de sus aprendizajes. Pero para hablar de calidad hay que hablar de equidad, que es algo que nos cuesta entender. No podemos hablar de calidad para unos pocos, para los emblemáticos o para la primera fila. Cuando hablamos de calidad hablamos de hacernos cargo de generar oportunidades para todos los niños. Tenemos que mirar hasta al último alumno que está al final de la sala de clases.

Cuando se habla del fin al lucro, selección y copago: ¿se está hablando de calidad?

Sabemos el valor que tiene una formación integrada, que reconoce el valor del otro, ponerse en el pellejo del otro. ¡Ese es el llamado de Jesucristo! Si un padre puede pagar y contribuir con la educación de su hijo, que lo haga, pero el copago no puede ser una barrera de entrada. Por eso estoy en contra. Lo mismo pienso sobre la selección, porque el efecto par es central. Hoy día vivimos en un país diverso, en que tenemos que relacionarnos unos con otros. No puede ser que yo viva en el barrio 1, tú en el barrio 2, y que eso sea exclusivo.

¿Y el lucro?

Cuando se habla del fin al lucro se habla de que los escasos recursos que tiene el país se inviertan 100% en educación. Me sorprende y me conmueve que haya gente que crea que la educación es un negocio. Creo que cualquier sostenedor que esté a cargo de una escuela debe recibir un reconocimiento en recursos. Pero estoy hablando de una remuneración, no de utilidades. Las utilidades tienen que ser invertidas en cada uno de los niños. Yo soy un sostenedor y tengo una remuneración, como todo el equipo de Belén Educa, pero nadie se puede llevar un peso, porque cada peso es central para la formación de los niños.

Hay sostenedores y apoderados que sostienen que esta reforma atenta contra la libertad de enseñanza: ¿lo comparte?

Pérdida de la libertad de enseñanza es cuando se quiere uniformar, todos por igual. De las reformas que hemos conocido, nadie te prohíbe desarrollar tu propio proyecto educativo. Yo dirijo una fundación católica y tengo mi programa y mi proyecto educativo católico. Ni ahora, ni en estos catorce años, ni en lo que viene, veo que la autoridad intente restringir mi modelo educativo.

¿Qué aspectos de la reforma le parecen erróneos?

Creo que la educación pública es una tremenda deuda. Allí deberían estar focalizados los recursos. Y también en el tema de los profesores. Hoy el 1% de los candidatos a pedagogía tiene sobre 700 puntos en la PSU. Creo que hay que levantarles las exigencias a los profesores, pero dándoles las herramientas, generando una carrera atractiva para captar a quienes tengan las mayores competencias. Eso pasa por pagar bien, por desarrollar una carrera profesional importante y atractiva. Hoy, de las 10 carreras peor pagadas, 8 tienen que ver con educación. ¡Son los que están educando a nuestros niños! Hay que formar buenos profesores y pagarles bien, por encima del promedio de las otras profesiones. Eso es tomarse en serio la educación. 





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